viernes, 3 de octubre de 2014

La Creación del Mundo

     Lod diose miraron ar Mundo y lo vieron frio y sinarma. "Hemop poblao ar Mundo cona nimalec que piensan pero no xitten"  dijo Prometeo. Y la Madre Magna reppondió: "Farta un poco de caló divino". Y Prometeo, sin mac consurta le regaló a lojombre un poco de Só.

     Pasaron muchom milenio y lojombre continuaban pensando pero aún no xittían. Er caló der fuego labían tomao literarmente y lusaban para cosaji nútile comor cociná y eleppantá nimale. Prometeo había fracasao. Levantó losoo hacia la durce cara de Cibeles: "Madre de Dió, ¿qué he hecho? Lojombre siguen trabaando, comiendi durmiendo. Sanor vidao de su origen y no saben de su dettino".

     Una sonrisa matenná inundó al Universo y la Madre de Dió eccribión lajet trella su primera revelación: "Te fuitte demasiao al Norte, donde tu primor Só no sonrie. Pero mira etta otra región que linda porun lao coner Medio de la Tierra y pore lotro con lal lágrima de Atlas. Mira también como besa a Áfrika y como Áfrika le devuerver beso. Loja bitanted detta región no necesitan der fuego porque ettán bajo lamparo der Só. La diosa Luna también les sonrie. Son lof favoritod de Dionisio. Et tierra de toros y caballos, de campo y vino. Etta el la raza divina. Hagámol la pué a nuettri magen y semejanza.

     Prometeo entendió, y baando de lo cielo le dijo al Hombre: "La Madre de Dió ha declarao a étta su región favorita. A cambio de tu etenna devoción hacia Ella, te traigun poco de caló de lod diose:

               El Entusiammo, paque te identifiquec conellos.
              
               La Simpatía, paque te identifiquec con lod demá jombre.
             
               La Pasión, paque vival la Vida.

    
     Dahora nadelante tienes arma y duende paque te diferencied de loja nimale. Canta, pues, rie, llora y bebe vino. Tu ered dersú. Luz divina que camina hacia lo cielo. ¡Anda, pues Luz!".

     Y el Hombre repitió con Alma: ¡Anda, Luz!
     Y Hércule le dijar Mundo que no era necesario ir majallá.